lunes, 3 de enero de 2011

Azul Eléctrico

Habiéndose guardado la vida en el bolsillo de su ya gastado chubasquero amarillo, comenzó a recoger el ovillo de ideas rotas que cubría gran parte de ese oscuro y frío salón.

Entre vinilos de Los Beatles, George Harrison y una bellísima colección de grandes hits de los 80’s, se dispuso a ordenar sus foto rotas. (…Recuerdos rotos de una noche de rabia autodestructiva y tormenta ebria de ideas contrapuestas…)

Fotos rasgadas, mordidas, cortadas con tijeras… Momentos mutilados en la mente de alguien que durante un instante fue Nadie… Desapareció.

Tras varios intentos de unir los pedazos de pasado que tiempo antes había condenado al exilio, rompió a llorar lágrimas de cristal que agujereaban sin piedad su preciado chubasquero amarillo.

No en vano, sacó fuerzas para secar su rostro. Tomó aliento y desempolvó de un soplido su pequeño baúl verde. Corrió a su escondite secreto para coger la minúscula llave que abría su mundo de tesoros y decidió guardar cada trozo de cada imagen, de cada recuerdo.

Volvió a cerrar el cofre y suspiró…

Tras las cortinas del gran ventanal situado a sus espaldas se insinuaba una noche bañada por la radiante luz de la luna. Cuidadosamente, corrió la pesada tela para contemplar el paisaje. La luz irrumpió en la instancia dando color a cada rincón, y los fuertes rayos hacían que su azul melena se tornara de un tono más eléctrico, si cabe.

No lo dudó un instante, se colgó de la luna y se puso a cantar:

A donde van las ideas cuando duermen,

A dónde cuando se esconden…

A dónde va a parar mi reflejo

Cuando no estoy frente al espejo…




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